“Ciertamente llevó él (Jesús) nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Pero él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Is. 53: 4,5)
“Jesús descendía de la colina seguido de una multitud inmensa cuando de pronto, un leproso se le acercó y se tiró de rodillas ante él. – Señor – suplicó el leproso –, si quieres puedes limpiarme. Jesús, extendiendo la mano, lo tocó y le dijo: – Quiero; se limpio. E instantáneamente la lepra desapareció” (Lc. 5: 12,13)
¡Cuántos de nosotros necesitamos también el toque de la mano del Señor! Algunos por alguna enfermedad, otros por alguna necesidad económica o espiritual. ¿Pero cuántos de nosotros estamos dispuestos a tirarnos de rodillas ante el Señor?
Necesitamos ser honestos con nosotros mismos y reconocer nuestras necesidades ante Dios. También necesitamos ser lo suficientemente humildes para arrodillarnos ante el Señor y pedirle ayuda. Jesús que es el mismo ayer, hoy y por los siglos, y siempre nos dirá: – Quiero sanarte, perdonarte, ayudarte, restaurarte…
Estimado amigo, apreciada amiga, por lo que enseña la Biblia, por experiencia propia y la de miles de personas, te aseguro que es la única salida que tenemos. Por eso te animo a acercarte al Señor ahora mismo; recibí a Cristo en tu corazón como Salvador y Señor. Confesale tus faltas, tus necesidades…, tendrás un encuentro con Dios y encontrarás la respuesta que estás buscando.
Queremos ayudarte a tomar esa decisión por medio de cursos bíblicos gratuitos que te ofrecemos en nuestro sitio web www.demecom.org Jesús te ama, te comprende y te espera porque te quiere ayudar…
ORACIÓN: - Señor Jesús, creo con todo mi corazón que sos capaz de salvar mi alma y sanar mi cuerpo… Te invito a vivir espiritualmente en mi corazón; te recibo como mi único y suficiente Salvador y Señor… Y te confieso arrepentido todos mis pecados… Prometo seguirte siempre, hablar en oración y meditar en tu Santa Palabra diariamente, y congregarme en una buena iglesia cristiana para crecer espiritualmente y servirte con amor. Amén.
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